jueves, 11 de diciembre de 2014

POBRES

Desde que Luis G. Berlanga nos regalara a principio de los sesentas Placido, los españoles respondemos en Navidades de distintas formas a la llamada eterna de "Ponga un pobre en su mesa".
Atrás quedo el esperpento del franquismo, que ponía físicamente en la mesa un pobre de carne y hueso como si fuera la excepción, cuando en realidad era un legitimo representante de la inmensa mayoría de españoles, que tenían hambre pero no podían ni susurrarlo. Era caridad cristiana o hipocresía burguesa, según el lado de la trinchera en el que estuviera uno situado. 
Ahora, en plena democracia, la caridad ha dado paso a la solidaridad , un termino mas acorde con los tiempos que corren, unas palabras mas laica por así decirlo y mas voluble.
Pero ya sea caridad o solidaridad, Cáritas sigue siendo la campeona en eso de ayudar al prójimo sin pedirle el DNI, y lo hace de chapó y por todas partes. Con el Papa Francisco como nuevo embajador, tiene incluso mejor márketing. Quizá sea que ahora sí, que  ahora la obra y el verbo caminan por fin, de la mano y por el mismo sendero. En ese terreno también destaca el Banco de Alimentos, que semanas ante de las fiestas navideñas, han protagonizado una recogida brutal de viandas en las puertas de los grandes almacenes y medianas y pequeñas superficies para abastecer los almuerzos y las cenas de la mayoría de los pobres españoles durante estas fiestas.
El almuerzo que estas y otras organizaciones sin ánimo de lucro estan haciendo este año, es mayor si cabe: la crisis tiene atrapado en la pobreza a millones de españoles de una forma u otra. Repasemos el panorama: casi tres millones de niños están en el umbral de3 la pobreza, tenemos cinco millones de parados en nomina el 34% de los asalariados ganan poco mas de 600 euros al mes, casi el 50% de esos mismos currantes no llegan ni a los 1.000 euros mensuales, y los jóvenes, a la calle, al extranjero. Por eso y pese a todo, estas navidades procuremos no ser muy hijoputas, si acaso unos hijoputas solidarios o caritativos.¡Que mas da! Ayudemos a los que estén cerca de nosotros y que esten jodidos de verdad. En fin, somos demasiados los que andamos como Placido, caninos y buscando el punto filipino pese a tener una estrella en lo alto. Y como el, sabemos que la felicidad es esencialmente poder pagar no ya la primera letra del motocarro sino el motocarro entero btras tocarte el Gordo de Navidad, con el 28822.


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