EL GRAN DUQUE DE ALBA

El fallecimiento de la duquesa de Alba resulta una buena ocasión para rememorar al fundador de tan ilustre linaje "El gran duque de Alba". Fue el hombre mayor confianza y obediencia del emperador Carlos V y de su hijo y sucesor, Felipe II de España. Su lealtad fue premiada con la representación de la monarquia en los esponsales tanto de Isabel de Valois como de Ana de Austria, quienes fueron la tercera, la cuarta - y última - esposa del monarca respectivamente.
Considerado por los historiadores como el mejor general (nació en Piedra hita (Avila) y uno de los mejores de la historia) Se distinguió especialmente en la batalla de Mulhlberg en la que los ejércitos imperiales vencieron a los príncipes  protestantes posteriormente acabó con la rebelión calvinista de los Países Bajos, actuando con severidad justiciera  y devolviendo la paz a esos territorios por un par de décadas. Coronó su carrera ya anciano con la crisis sucesoria en Portugal de 1580, venciendo en la Batalla de Alcántara a los portugueses y conquistando ese reino para Felipe II . Gracias a su genio militar España logro la unificación de todos los reinos de la península ibérica y la consecuente ampliación de los territorios de ultramar. La Santa Sede le premió con la Rosa de Oro, condecoración que el papado concedía en ocasiones a personalidades que se distinguia en defensa del catolicismo. También fue condecorado ncomo Caballero  de la Orden del Toisón de Oro, reservada en la practica a componentes de alto abolengo sus victorias le granjearon numerosos enemigos que levantaron él gran parte de la llamada Leyenda Negra. Aun así Alba fue el mayor héroe que España ha producido y uno de los primeros hombres de su siglo y un líder indiscutible, 
duro, recio y respetuoso con sus hombres. Los discursos donde decía "señores soldados", hacían de las delicias de los Tercios, sus tropas de élite. Acostumbraba expresar:"Los reyes usan a los hombres como si fuesen naranjas primero exprimen el jugo y luego tiran la cascara". La vida del tercer duque de Alba fue jalonada por una larga serie de hazañas militares que contribuyeron a que España alcanzase su apogeo durante el siglo XVI. Hombre de arma pero también de letras fue amigo y protector del escritor Garcilaso de la Vega.