viernes, 14 de noviembre de 2014

RENDICIÓN DE CUENTAS

El sabio Fukuyama, el fin de la historia, ha publicado en los dos últimos años dos tochos sobre la historia del orden político. Debo confesar solo he leído el primero, en el que expone un esquema para poder juzgar la salud de una nación . Tiene tres componentes: 
1. Un estado fuerte, se refiere a las competencias que tenga el estado central. Quizás el mejor ejemplo es el de EE.UU, en sus inicios . Como se sabe , las treces colonias, tras la independencia se organizaron como una confederación de estados  con un mínimo estado central. Naturalmente no funcionó y se preparó y se aprobó, tras larga polémica, la actual constitución, donde se diseño un estado de competencia sólidas. El tiempo agregó otras funciones como un banco central que ha salvado a la Unión en mas de una ocasión.
2. El imperio de la ley. Ni el gobernante ni el estado están por encima de una "ley" que está más allá de la constitución, de lo votado. Un ejemplo es aquello que se le recordaba a los reyes mediavales casi absoluto: cada uno de nos somos tanto como vos, pero todos juntos mucho más que vos. Fukuyama asegura que es lo que siempre le ha faltado a China y a otros países asiáticos; el emperador o sátrapa puede hacer lo que quiera. Destruir todo los libros de historia para reescribirla, por ejemplo.
3. Accountability. Este palabro se ha extendido pero debe traducirse como rendición de cuentas El gobernante, del mas bajo hasta el mas alto y debe rendir cuentas de lo hecho.
Y es penoso mirar los muros de la patria mia con este esquema. Recientemente un antropólogo mejicano, Tomas Perez Vejo, escribía un esclarecedor articulo en El País: Un proyecto para España. Afirma: "La historia política del mundo contemporáneo no es, como quiere el pensamiento nacionalista, la de naciones en busca de Estado sino la del Estado en busca de naciones, entre otros motivos porque con el fin del Antiguo Régimen ésta se convirtieron en lo que anteriormente nunca habían sido: la forma exclusiva y excluyente de la nación y no por la gracia de Dios:" Ycondena a España por su fracaso en la construcción de la nación española o, mejor, por la destrucción  del camino andado desde la desaparición del Antiguo Regímen. El estado de las autonomías es culpable de haber desatado el furor nacionalista hasta en regiones que nunca fueron naciones. El ejemplo es Andalucía  que  jamás fue un estado. Si, el reino de Badajoz puede tener más títulos para ser un estado que una Cataluña que nunca existió  entera e independiente, pero ha sido ridículo crear un sentimiento nacional en Extremadura. En Cataluña se ha perdido la manipulación de los sentimientos y de las creencias de la población hasta hacerles creer en un pasado inexistente y una superioridad sobre el resto de España que sería cómica si no fuera patética. Pero lo relevante es que se ha debilitado al Estado, no solamente en el recorte de sus competencias y recursos, sino en el campo de las ideas, de los sentimientos y las emociones. Y España es un estado muy viejo, probablemente el primer estado moderno y en sus inicios tenia un concepto muy poderoso, el juicio de residencia cuya raíz legal puede provenir de una Pragmática de los Reyes Católicos del año 1.500 y con tradición en el derecho castellano. En el siglo XVIII se definía como "aquella investigación que el nuevo corregidor o comisionado a este fin hace del modo de proceder del antecesor". ¿Se acuerdan de las auditorias de infarto que nunca se realizaron? Ahí murieron siglos de "accountability.

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