lunes, 24 de noviembre de 2014

HITOS

Se supone que somos especies compartidora de logros y emociones y si uno entra en Gran Hermano y hace el chancla, chapoteamos todos. Algo de merito tendremos en colocar, pues, un satélite agazapado  a un cometa y algo de culpa en que se nos muera un indigente por la jeta. No son muchos los que se han muerto en la calle tirado, solo cuatros desde el 2010, como cuatro son los tornillos por cada pata que se le clavan al cometa para fijar el satélite, que le quiere robar la historia de su origen. Y que gozamos por cualquier cosa y vemos hitos en el guinness y no espuma de cerveza en las pupilas del pringado. Los niños saben que si se liman las esperanzas con un profesor le ira mejor en ese curso y si saca eso, por qué no ir mas allá en la aventura. Escuelita de Barcena que nos va a dar, no dolor de cabeza, sino estulticia  que no vetamos su comportamiento, sino la necesidad de acabar en la cárcel con lo mucho que había sacado. Mira a los grandes señores a los pequeños defraudadores a los que finge el paro, a los que reclaman pensiones que no cotizan  y a los que rellenan las mochilas de sus hijos con material de la oficina burlado en el trabajo, pero no miran al cielo porque se queman las retinas y se quedan ciegos, para no ver lo mucho que han secuestrado algunos del erario publico en siglas ahora, de bancas suizas . Es el hito del año pasado y lo sera del año venidero la miseria de Scooge, la riqueza que juntó  con la pobreza de no gastar y no con la avaricia de constructores, ni saca - peseta. Y es que los contratos públicos son una bicoca, que se lo digan a muchos que acaban entre rejas y luego disfruta de permisos y se reencuentran con su dinero, que como es redondo rueda y vuelve a la curva. El satélite se despegara y volverá a la Tierra como los defraudadores, y como los presuntos sentenciados, como el yerno del Rey, ahora cuñado, y como todos los que rifan a la vida, al querer sobrevivir por Ratos. se soltaran los tornillos y regresará pero no el indigente que se quedará en la morgue y  y después volara un rato hecho caliza, entre fogones encendidos que ni siquiera para los top chef para hacer un buen caldo. Ese es ya agua de borrajas, sostenedor de platillos a la deriva, paseador de carros de supermercados vacío y ni las flores, ni los manifiestos harán otra cosa que rifarlo, porque en la lotería de la vida le toco la libertad de ver llegar la muerte, solo y sin cruces, ni lazos, ni compartimiento estanco solo el frío y la noche negra, como mucho un banco y cartones con que repeler el poniente que quema las mejillas de los condenados.

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