domingo, 14 de septiembre de 2014

MUERTE DE UN BANQUERO

Emilio Botín, el banquero español por excelencia, murió . Su hija Ana Patricia ya ocupa su lugar. La maquina de ganar dinero no para.
El impacto que ha provocado el fallecimiento del presidente del Banco Santander, Emilio Botín, es comparable casi a la muerte de un presidente de Gobierno. Y es que Botín mandaba y mucho, en España. En 2012 la Audiencia Nacional archivo una investigación sobre Emilio Botín y cinco de sus hijos, por mantener una cuenta millonaria en Suiza (sin declarar) que finalmente fue regularizada con el pago de hacienda de 200 millones de euros. Como suele ocurrir cuando un personaje publico fallece, ahora todo son glosas a su figura. Es cierto que Emilio Botín encarnaba la figura del trabajador incansable. Falleció a los 79 años de edad hasta el ultimo día seguía al pie del cañón.
Llevo a su banco a la cumbre mundial. Pero también es la imagen de una época, la de los seis últimos seis años, en lo que la crisis a asolado a España mientras que su banco se hacia mas y mas poderoso. Era el símbolo del oportunismo, la astucia y la ambición sin limite pero sobre todo, personificaba la frialdad que es la "cualidad" imprescindible para estar en la élite económica. 
"España vive en un momento fantástico, llega dinero de todas partes", dijo el año pasado ajeno al sufrimiento de millones de españoles. Ahora, con esa misma frialdad le despide hasta su propio banco, con un escueto comunicado. Su hija Ana Patricia ya ocupa su lugar y la maquina de ganar dinero no para, que es lo importante. Codiciar, acumular y ansiar. Y todo para ser el mas rico del cementerio.

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