miércoles, 7 de mayo de 2014

ROSITA LA PASTELERA

Los britanicos no han atribuido a las relaciones politicas ni a sus gobernantes cualidades extraordinaria o de tramaturgo. El mismo Churchil perdio unas elecciones despues de ganar una guerra. En España o nos deshacemos en alabanza o nos reimos de ellos. Nos pasa igual que con la iglesia, hay un refran castellano que dice que los españoles o corremos delante de los curas o detras de ellos. Con este prólogo sobre el caracter hispano, no ha de extrañarnos que a un gobernante que oscila entre uno y otro partido que cabildeaba con las distintas fracciones liberales durante el reinado de Fernando VII se le tildaba de que practicara el pasteleo o de pastelero que sinifica acomodarse al gusto y voluntad de otra persona por interes propio.
Francisco Martinez de la Rosa "Rosita la pastelera" sobrenombre que le pusierón sus propios compañeros de partido (ya se sabe la sentencia" Dios me guarde de mis amigos que de mis enemigos me guardo yo) fue un moderador y un centrista, huyó siempre de posturas extremas tan propia de sus contemporaneos.
Formó parte de distintos gobiernos del reinado de Isabel II. Un andaluz previsto de cualidades tan importante como la moderación y partidario de negociar con sus oponentes y evitar la trifulca, su lema era la eficacia política.
Es digno de recordar y dedicarle un recuadro historico ya que no resulta abundante los moderados entre nuestros próceres, Canovas del Castillo seria otro ejemplo. Aunque solo sea para compensar la incompresión que sufrio entr sus contemporáneos.
En cierta forma fue Adolfo Suárez del siglo XIX al que las alabanzas le han llegado despues de su muerte.
Además de este bagaje de Jefe de Gobierno fue un logrado escritor como lo demuestran obras como
"La conjuración de Venecia, Isabel de Solis o Hernán Pérez del Pulgar". Su prestigio intelectual le llevo a presidir el Ateneo de Madrid o la Real Academia se la Lengua. No todo fuerón parabienes.
Conoció el exilio despues del trienio liberal, durante la Decada Ominosa de Fernando VII , lo que redundó en su mejor preparación politica y en contacto con los gobiernos ingleses de la epoca, si como el acercamiento a las corrientes romanticas que triunfaban en ese momento.
Como escritor de novelas historicas resaltó la biografia de la vida del comunero Padilla en "la viuda de Padilla".
La importancia de los moriscos en su "Aben Humeya", en recuerdo de su Granada natal.



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