miércoles, 18 de septiembre de 2013

ZUGARRAMURDI, EL SALEM ESPAÑOL

En 1610 se celebro en Logroño el juicio por brujería mas celebre de la historia de nuestro país. Cuarenta personas, en su mayorías mujeres, vecinas del valle navarro de Zagarramurdi, comparecieron ante el Tribunal de la Inquisición. pero la cadena de tortuosos hechos que llevaron a estas personas ante el Santo Oficio había comenzado un año antes y al otro lado de los Pirineos, en Labort, territorio incluido en el llamado  País Vasco Francés.
En 1609, Pierre de Lancre, un jurista francés y un alto miembro de la corte del rey Enrique IV, fue enviado al vizcondado de Labort con la misión de pulgar el país de supuestas brujas y hechiceros. Desde su tribunal, instalado en el castillo de Saint-Péesur-Nivelle, el juez ordenó en solo un mes la ejecución tras torturas de cerca de 200 personas acusadas de brujerías. Inicialmente sus victimas fueron mujeres, pero posteriormente procesó y condeno también a niños, e incluso a sacerdotes. Lancré tenia como ayudante a una bruja arrepentida que afirmaba tener poder de reconocer a otras hechiceras únicamente con mirarlas a los ojos. En el trascurso de un año, las victimas ascendieron hasta rodar el millar, y el pánico se desató en la región.
Centenares de personas huyeron de aquella persecución, cruzaron los Pirineos y buscaron refugio en los territorios de Navarra, Euskadi y Aragón. Tal y como relata Julio Caro Baroja en su libro las brujas y su mundo, la hechicera era por entonces un fenómeno erradicado en el territorio navarro.
Cas un siglo antes, en 1525, se había producido en aquellas tierras una caza se brujas sobre las que se conservan muy escasos documentos oficiales. Los pocos  que se refieren a ellas hablan de la muerte de alrededor de doscientas personas acusadas de practicar magia y hechizos. Después el asunto cayo en el olvido.
Pero la llegada de los refugiados franceses desato en 1609 lo que los historiadores han definido como una epidemia de brujomanía. Concretamente, en el caso de Zugarramurdi los hechos explotaron con la aparición de una mujer llamada Maria que venia huyendo de Francia con su padre. Aterrorizada y sin sentirse a salvo en suelo español, la joven acudió a las autoridades para confesar a cambio de protección que: "Una mujer la persuadio a que fuera con ella a un campo donde se le holgaría mucho, industriandola en los demás que debía hacer, y dándole noticias de como debía renegar, y habiéndola convencido la llevo al aquelarre y puesta de rodilla en presencia del demonio y de otros muchos brujos que la tenían rodeada renegó de Dios, y recibió por Dios y Señor al demonio.
Maria empezó a renegar de los vecinos, llegando a denunciar a un conde el cual murió de las manos de la justicia.

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