jueves, 19 de septiembre de 2013

DESDE LO MAS PROFUNDO

Desde lo mas profundo de mis sentimientos, mezcla  mescla de admiración y agradecimiento, escribo casi acuciado, casi forzado, al ver a la mujer que no es esta o aquella - la mujer, que por ser tal, es tan importante en la vida de todos, de la escala social que seamos sabios o torpes, altos o bajos. Sin ella no existiríamos. Y escribo porque pienso que a la mujer la están vejando, unas veces directamente y otras de una manera mas sutil, subliminalmente. Claro que esta bien que haya asociaciones en su defensa. Todos tenemos derecho a ser defendidos si somos atacados. Es loable, que ante el mal trato o la vejación del tipo que sea pisoteado. Me limito a sugerir  sin buscar polémicas, ¿no es denigrante ver anuncios en que la mujer exhiba sus encantos que encantan o desencantan, según como les miremos? ¿no es eso una vejación para la mujer? Debe ser que en determinados ambientes el valor de la mujer y su insinuante belleza se ha perdido. Cuando se pierde el respeto que merece cada persona, por ser tal. Cuando perdemos nuestro propio respeto, porque muchas veces lo hemos ido permitiendo. Reivindicamos con, los cuerpos desnudos que no reivindican nada. Renuncian a lo mas secreto del cuerpo, algo que pertenece al pudor de la persona. Cuando esto ocurre en la sociedad, algo esta chirriando, el lubricante de la vergüenza propia y ajena se esta perdiendo o se ha desnaturalizado y no sirve.
Habrá que reinventar otra sociedad - ojo que esta es la nuestra en que el valor y el respeto de la decencia estén por encima de las conquistas relativista "de todo vale" y volver,  si nos interesa, a los tiempos que se fijaba y cada cual hacia, lo licito, lo moral y la decencia "de no enseñar". Tal vez se hacia por mimetismo, pero funcionaba. Que el "cada cual haga lo que quiera", no es pensar en los demás. La convivencia sin que nadie se sienta, al menos, incómodo, es el ideal para el respeto mutuo.

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