ardia Civil lanza una operación contra la corrupción en Gerona durante la etapa de Puigdemont
Los agentes investigan irregularidades en el funcionamiento de la empresa municipal que gestiona el agua
La Guardia Civil acaba de comenzar una operación en Gerona en la que se investiga la gestión de Agissa, la empresa municipal que gestiona el agua, en la etapa en la que estaba al frente del Ayuntamiento el actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
La Guardia Civil registra en estos momentos las sedes de esa sociedad pública y de su principal accionista, Girona S.A., ésta de capital privado.
Las investigaciones, según las fuentes consultadas por ABC, son consecuencia, por una parte, de una denuncia presentada por la CUP contra directivos de Agissa y por otra de la documentación intervenida en el caso del 3 por ciento relacionada con Efial Consultoría. Ambas investigaciones han sido acumuladas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Gerona, que es el que instruye las diligencias.
Los encargados del caso sospechan que la gestión irregular de Agissa ha provocado no solo pérdidas en las arcas municipales, sino también a todos los vecinos de la ciudad que deben pagar más dinero por el agua que consumen del que harían si no se hubiesen llevado a cabo esas actividades delictivas.
Por el momento no se ha hecho una cuantificación exacta de los perjuicios económicos provocados, las estimaciones más conservadoras hablan de unos cinco millones de euros.
Es de destacar que la investigación da un papel muy relevante a Carles Puigdemont en toda esta trama, ya que considera que estas irregularidades no se podrían haber cometido sin el conocimiento y la autorización de los máximos responsables políticos del Ayuntamiento de Gerona.
No obstante, no está investigado por el momento ya que al tratarse de un aforado las pesquisas sobre él debería dirigirlas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, después de que el juez instructor de Gerona le elevara la pertinente exposición razonada de los indicios que haya contra él.
Esta operación se produce además en pleno desafío secesionista y demuestra una vez más hasta qué punto la corrupción ha sido sistémica y continuada en el tiempo en Cataluña
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