lunes, 5 de junio de 2017

EL INTERMITENTE

                                                                     EL INTERMITENTE

Iván había nacido pensando que toda la obligación mermaba su libertad y así pasaba de estudiar en el cole, de obedecer a sus viejos -como llamaba a sus padres- y tomaba en su bicicleta todas las direcciones prohibida. Ya de mayor adquirió la costumbre de hacer lo justo en el trabajo pues decía que no le pagaban más que eso. También decía que no se casaba porque los papeles no creaban el amor. Aprendió a a no poner el intermitente cuando se desviaba en el coche. Así decía que se sentía mas independiente, mas libre de toda imposición.
Hace poco mientras conducía di un frenazo de luces largas  uno que me adelanto sin poner el intermitente y me preguntó que qué pasaba y se lo dije. En la siguiente maniobra de adelantamiento le indico con las luces laterales. Me sorprendió que no montara en cólera y como fruto del cabreo me
mandara al palo mayor del barco también llamado carajo.
Se está extendiendo esta costumbre un tanto diabólica de no poner el intermitente cuando se hace un adelantamiento o un giro. Hay una película de Spielberg el diablo sobre rueda que relata las diabluras de un conductor de un camión para amedrentar al protagonista que conducía un típico vehículo americano.
Tanto rehusó Iván lo reglado que ahora no podía ver a sus hijos porque carecía de vinculo civil para reclamar las visitas como padre...En la empresa también fue prescindible y el anexo con su familia había quedado casi anulado. Una de las veces salia de una autovía sin poner el intermitente cuando el conductor trasero, que no advirtió le propino un alcance , zampandole el morro del coche en el culo del suyo propio. No tuvo un esguince cervical, sino algo mas que eso.
Paso del no a la póliza a ser un polizón. Cuando circula por la vida, señalar no es lo mismo que señalarse, indicar no es sindicar,pensar en el bien común por encima de la dilatación de tu ombligo.
Hay un tiempo para todo,todo tiene su momento oportuno, hay un tiempo para rasgar y hay un tiempo para coser.

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