martes, 4 de abril de 2017

                                                      QUERIDOS REVOLUCIONARIOS

La universidad es apasionante. Lo es a pesar de los adocenados y los envidiosos. Delos trienios, los sexenios, las acreditaciones y toda su inseparable rehala de formulario y tramites, que hacen que parezca corto y hacedero el asfixiante proceso de Josef k. en la novela de kafka.
Es apasionante porque lo es el pequeño paso adelante que da en su trabajo el investigador el investigador honesto, tres meses y años encerrado en biblioteca y laboratorio. Y porque apasionante es el diario y,sin embargo, siempre nuevo y sublime encuentro de los alumno con esos profesores, muchos, que transmite ciencias y vida apenas armados de una humilde barra de tiza.
Es así, aunque nos puedan dudar de ese ideal  quienes promueven  -o secundan- huelgas en manadas o aquellos que sustituyen los debates por piquetes. Desde hace unos cuantos días, el pecado moral y la herejía por exelencia son cuestionar los dogtmas de la ideología de genero. Pero la tendencia al rasgamiento hipócrita de vestiduras, antesala de la lapidación  o la hoguera , siempre ha sido la misma. Hoy la etiqueta más temida es la de heteropatrical. Pero antes lo fueron las de degenerado,
subversivo enemigo del régimen pequeñoburgués, libertino o hereje. ¿Y mañana?.
Los intereses de prostituir descafeinar y amordazar la labor universitaria no se da únicamente en España. En los campus de prestigosas (y carisma) universidades de los Estados Unidos o Inglaterra últimamente proliferan las tentativas de prohibir el estudio de pensadores que construyeron la civilización occidental porque sus ideas no se ajustan al canon ideológico -que no científico- del apenas balbuciente siglo XXI: ¡hablamos de Platón . Descartas, Nietzsche o Kant! Y en esos campus se reservan safe space para que en ellos los niños de papa (buena parte de sus alumno lo son)  pueda
preservarse de todo contacto con ideas molesta para su sensibilidad hipertrofiadas. Colores pastel ositos de peluche y psicólogo de guardia, todo para no quebrar el delicado equilibrio anímico de la que ha sido con razón la que han llamado snowflake generation. Pero igual se dice que el Parlamento hay que llegar llorando de casa, al debate de ideas hay que llegar dispuesto a batirse y6 defenderse, no con palos ni bocina, si no con las armas de la razón. Porque las ideas no merecen respeto lo merecen las personas. Las ideas, las que sean, están para ser cribadas en el tamiz de la discusión para ser sometida -sin piedad- al reactivo del debate y confrontada con otras ideas y paradigmas. Todo en un marco de rigor intelectual a la vez que delicada politesse en un cuadrilátero del que los contendientes saldrán -si son recto en su planteamiento- contusionados y agotados, pero contento de haber avanzado, un poco más, en la búsqueda conjunta de la verdad, el bien y la belleza.
Hay que decirlo porque últimamente están proliferando los intentos de acallar a quienes preocupan 
indagar honestamente en la solidez de los sacrosantos dogmas del género. Hace unos días fue el profesor, Francisco Jose Contrera en Sevilla, un poco antes el profesor Jokin de Irala en Cádiz.
Perola lista es mucho mayor, y todo hace pensar que seguirá creciendo. No hablo por supuesto de los
instrumentalizan la Universal para convertirla en pedestal o caja de resonancia de ideología y partidismo, sino de investigadores que buscan debatir sosegadamente sus posiciones.
Se encuentran, sin embargo con que se les calla a grito, y seguidamente se pasa a pedir sus cabezas como no hace tanto se pidió la de Unamuno en Salamanca. 
¿A qué el miedo a debate? ¿de donde la descalificación a priori de tal o cual idea? ¿Desde cuando queremos una Universidad castrada por dogma y perjuicios? Queridos revolucionarios: revolveos lo primero contra vosotros mismos, rebelaos ante lo que ceais que es errado  con las armas de la dialéctica, combatid el combate intelectual hasta la extenuación. Alegraos cuando vuestra posición prevalezca, pero alegraos aún mas cuando descubráis vuestros errores y vuestras inconsistencia, pues así avanzareis en el camino del saber  y del ser. Queridísimo estudiante, con el que tanto disfruto en cada clase no construyáis los muros en lo que luego otros querrán encerraros . Las mordazas que hoy queráis poner ha otros,mañana os la querrán poner a vosotros, apenas los vientos
cambien , en cuanto los que vengan detrás recriminaran a vuestras canas lo que vosotros reprocháis
hoy a vuestros mayores.




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