viernes, 21 de abril de 2017

BOBOICOT

                                                                        BOBOICOT

Tendré comenzar con el mismo exordio que Alvaro Lario en Twitter. "Condeno lo del PP de Murcia, lo de la DGT, la Gurtel, los ERE y a Arabia Saudi. Ahora ¿puedo difundir una cosa muy graciosa de Ramón Espinar?" Mi sostenida linea de pensamiento desde el principio, es que de Podemos, podemos y debemos reirnos más. Aquí ha sobrado miedo y ha faltado guasa. No habrá sido por culpa de Ramón Espinar desde luego.
Nunca estube por mentarle a su padre por muy de las tarjetas black que fuese. No hay que meterse con nadie por su padre, y menos los que tenemos suerte con el maestro. Cada cual tiene que aguantar sus culpas, no heredarlas. Aunque Espinar, hay que reconocerlo, no me lo pone fácil cuando viene y presume: "somos los hijos de los obreros que nunca pudiste matar". Ya, ya. Y se mete el, encima con Hermann Terstcha  a cuenta del padre del periodista.
Luego viene lo del piso de protección oficial al que le dio el padre al primer toque y a la acumulación
de cargos contra lo prometido, y ya pudimos reírnos a gusto, sin reparo. Ahora ha sucedido lo de las dos Coca-colas del Senado y es la pura chispa de la vida.
El mismo día, el mismo. Podemos habia pedido que en el restaurante del Senado vetasen la venta de Coca-Cola sale el hombre y lo primero que hace, como cuando ese experimento de las imágenes sublime que dicen que proyectaron en una sala de cine, es pedirse dos Coca-Cola, ea, dos.Esto de querer imponer por ley una postura ideológica  que luego les obliga a ellos no me extraña nada desde que leí Rebelión en la granja de George Orwell y dado los antecedentes y con cargos,pero que falta de disciplina. ¿No habia ordenado Pablo Iglesias que "hay que seguir sin beber Coca-Cola, porque Coca-Cola esta atacando a los derechos de los trabajadores"? Con ese grado de independencia del líder, Espinar va a terminar en el troskismo 2.0 de Errejón Sera una tonteria, si, ya, pero nos ha dejado tres cosas. El bobo boicot, que ni el mismo día ni en el mismo lugar son capaces de mantener sus mismos  promotores, está autodestruido. A lo tonto -nunca mejor dicho- han perdido mucha legitimidad para convocar cualquier otro, y eso es refrescante. Nos queda también  una muestra más
(y todas son pocas) de la incoherencia de la ultraizquierda.  Y nos deja una frase para la historia. Ramón Espinar ha declarado; "He cometido el error de tomar un refresco".

No hay comentarios:

Publicar un comentario