domingo, 30 de abril de 2017

ODIO INVISIBLE

                                                                      ODIO INVISIBLE

Parece que los simpatizantes de un partido no se irritan cuando sus dirigentes son acusados de corrupción. Pero no es cierto. La paciencia de los ciudadanos, aunque es casi infinita, se van minando lentamente, como una lluvia fina, con cada nuevo saqueo de las arcas publicas se conoce.
Un buen día el PP puede descubrir que entre sus votantes ha calado la desconfianza y el descrédito.
Cuando creíamos que el desprestigio de las instituciones había tocado fondo, cae el ex presidente de Madrid Ignacio González, alfil de Esperanza Aguirre contra Rajoy durante más de una decada. Y con él pillan a una partida que habría robado unos 4.000 millones de pesetas en el Canal Isabel II empresa publica regional de Madrid.
Y si esto es malo, también lo es que el jefe de la Fiscalía Anticorrupción quede entredicho por haber torpedeado la actuación de los fiscales a su cargo. Hace dos meses comentábamos en este espacio que el ministro Rafael Catalá iba a aplicar una purga de Benito a la Fiscalia. El objetivo era conseguir resultados milagrosos contra la corrupción  el método mas sencillo; acusando menos. De esa política hay ya rastros. Se ha relevado al Fiscal debe Murcia, que incomodaba al imputado presidente regional que hubo de dimitir. Se ha cesado a los fiscales del caso de 3%de Convergencia en Cataluña. Y se obstaculizar el trabajo de los que investigan los desmanes en Canal Isabel II....
El Gobierno disimula su turbación, en la semana en que ha sido convocado el presidente Rajoy como
testigo del caso Gúrtel. Una citación  que el PP ha intentando evitar y ha irritado a sus dirigentes.
Las instituciones funcionan a trancas y barrancas. Entre tanto, la formación que articulo al Gobierno. Podemos parecer haber abandonado toda tentación de jugar un papel institucional. El eclipse de Errejón ha apagado las estrategia política en el partido de los indignados españoles, concentrado desde su ultimo congreso en el espectáculo.
La ultima ocurrencia ha sido copiar a los fundamentalistas de Hazte Oír un autobús de denuncia que
levante odio invisible y llame la atención de los medios. La casta ha dado paso a la trama. La acusación contra Ignacio Gonzaléz y dirigentes empresariales o mediático parece darles la razón. Lo peor es que mientras se agota la paciencia casi infinita de los ciudadanos, no solo se desgrada el prestigio del Partido Popular, sino también el del conjunto del sistema político nacional. Mal camino.

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