miércoles, 5 de abril de 2017

OJO CON EL GPS

                                                                   OJO CON EL GPS

Uno, sobre todo si es varón , debe de pensárselo antes de hablar de diferencias entre hombres y mujeres. Nos atrevemos: aunque ellas parecen tener mas y mejores cualidades en general -vaya por delante el bálsamo- es generalmente aceptado por diversas disciplinas que el macho medio se orienta con mayor eficacia y eficiencia, y que eso tiene algo que ver con su papel de cazador de los tiempos prehistórico. No pocos hombres se toman esta cualidad de serie como algo personal. cuestión de principio , un asunto que puede comprometer la propia hombría y, llegando el despiste, se niega a parar el coche y preguntar ya se irritan el sendero, y discuten con su chica por ello y pueden que acaben no ya de mal rollo con otros viajeros o excursionistas sino hacer perder el tiempo mucho   a todos y destornillando la propia autoestima de sherpay líder autoproclamado de la manada ataviada de conjunto Decathlon.
El GPS que lleva de la manita en cualquier trayecto en una gloria. Como todas las glorias, placeres o bondades, lleva una recamara perversa. Según un reciente estudio considerado riguroso  por la comunidad cientifica , si usamos mucho el GPS desenterramos el innato sentido de la orientación, y es plausible que acabaremos por atrofiarlo. Permitan dos casos parecidos de efecto bumerán , no poco tópico ya: el móvil (sus whatasapps y demás) y los principios activos contra la dsifunción eréctil. El movil creó nuevas necesidades -llevar un telefono siempre encima, como si  Verne y ceniza Casandrasu ausencia fuera un riesgo vital- pero ha mermado  la comunicación entre nosotros. Y hay quien sin la pastilla
de marras, donde ante cumplía, hoy sufren el error al gatillazo. Muchos veinteañeros -la curiosidad mato al gato- incluidos.

Diremos, cual  enésimo profeta Verne y ceniza Casandra que la gran trampa para la libertad humana -digan independencia digan criterio digan protección propia- es hoy la tecnología de uso privado y personal. Nos convierte en sujeto que mientras creamos ser mas poderoso y libre, estamos mas controlados. A niveles serios, a duro tiro de misil de oportuno anuncio personalizado. Vamos pertrechados  de high tech como robots, pero somos robots de segunda -cogemos gripe y depresiones-, y mermamos nuestras cualidades innata o adquiridas. Con la venia de Huxley acabaremos creando muslos humanos, puede que genéticamente hibridado o sea máquinas de segunda para trabajar o dar placer a otros con más suerte, que no pondrán dar un paso sin su GPS y toda la impedimenta digital y química. ¿Sabrí
a usted decirme el camino para salir de aquí?

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