martes, 28 de abril de 2015

Y UNA PORRA

Los de Orange me han dejado sin servicio, desde que la dura huelga de su subcontrata. No me extraña, porque la ultima vez que vino un técnico a repara el cobre, no tenia ni cinta aislante, porque las condiciones de trabajo eran mas bajas que precarias. Los gerifaltes -prensa- dicen con orgullo que los usuarios estamos servidos, pero yo les digo por mi parte que yo no, que el mio va como una tartana y la quyeja no ha sido reparada, en mas de una semana. En la puñeta de este país  que no nos toca por pamela, que ni nos da sombra, ni nos calienta y encima se nos suben a la chepa, con tanta idiosincracia. Ahora me viene aires de comuniones y ya las madres campan buscando adornos para los regalos a los convidados, trajes y otras papaya, que los presentes a Cristo y a su comunidad, debe de estar tan de moda como que vayan padre y madre ver al iniciado. No es que ahora vayan sus padres, es que la mayoría están divorciado o sin casarse o rejuntado o son dos medias mitades de un gran entuerto, que las relaciones sociales, son sin la iglesia, el quien no hay quien viva de la antropología . No me tomen porretrógrada sino por vinatera, que el pan doy bollo y al vino, copa. Me parece áspero que la iglesia no admita el matrimonio homosexual y en cambio obvie las uniones a la carta, los paripés y las comuniones, por sentido practico y social, que viste mucho. Ya no existen cristianos descalzos, ni los que llevan la cruz, más que para darselas de algo,
que el cristianismo es de sandalias de pescador y no de mármoles de Laoconte, No se puede llamar a uno perseguido cuando tu religión es mayoritaria, cuando le dan subvenciones a tu iglesia y no pagan impuestos igual que cualquiera. Tampoco cuando hay colegios que imparten creencias con dinero publico, ni cuando no ha habido gobierno que subsista que quiera acabar con concordatos que es de todo menos constitucional. De todas formas, a la iglesia le pasa como podemos que le hiere el fuego amigo, que tantos fieles siempre algunos saca la patita y enseña el sayo o la vanagloria de llevar al niño, vestido de marinerito. Luego las aulas se clorifican y la clase de religión  se populariza, porque ya no hay convite ni pueden criticarnos los vecinos, pues a vivir que son dos días  y las niñas a prescribir la vacuna del papiloma, no vaya a ser que coja lo que no tiene. Los de Orange me han dejado sin servicio, que va mas lento que una burra, la páginas se me atraganta y me parece que estoy en el siglo de piedra cuando no habia casi cristianos, porque los que eran dormian en la barrigas de los leones del circo. Esos si eran perseguidos, y los de patera también. Esos.

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