sábado, 18 de abril de 2015

ÚLTIMA VOLUNTAD

Hace unos meses les conté los planes los planes de un medico de 58 años, estadounidense, claro que planificaba no esforzarse en vivir más allá de los 75 años. Su principal objetivo, ademas de evitar su sufrimiento y el ensañamiento médico, era librar a su familia de su propia senilidad y de una larga agonia. Afirmaba que un reciente estudio demostraba que el porcentaje de ancianos (más de 80 años) con dificultades motrices ha crecido de un 28% en la década de los noventas hasta un 40% en la actual y que un tercio de los estadounidenses  con más de 85 años tienen Alzheimer y se espera que se triplique el numero de demencias en el próximo medio siglo. Reconocerán ustedes que está el señor en el derecho de decidir seguir ese camino. Pero un nuevo articulo en el New York Times presenta otro dilema, ¿Que hacer si el mismo señor en su ancianidad  cambia de opinión? El padre de alguien que conozco, medico también afirmaba desde que sus hijos menores se "colocaron" que era mejor morirse ya, que para qué vivir. pero cuando diez o quince años mas tarde se lo comentaron afirmó que no recordaba haber pensado así. Eso sí, siguió cumpliendo a rajatabla su proposito de no ir al medico para casi nada. El doctor Lerner en su articulo recuerda que su padre, tambien medico, especialista en enfermedades infecciosas  y director medico de una residencia de ancianos se quejaba de que se tratara de curar ciertas infecciones a enfermos muy viejo  y aquejados de demencia o del temido Alkzheimer. Su padre le dejo claro y por escrito qué cuidados no deseaba en su final. Y llego el malvado Pakinson y la familia en su agravamiento se vio obligado a ínternarle 
en una residencia. Y con la edad, el debilitamiento mental que conlleva y su Parkinson comenzó a ver las cosas de otra manera. Ante una infección y cuando su hijo le recordó lo inútil que era el tratamiento propuesto en la mayorías de los casos le respondió débilmente que en algunas ocasiones funcionaba...Apareció un terrible dilema. El doctor Lerner padre había dejado claro su voluntad de no ser tratado en esos casos. Pero esa no era su ultima voluntad. ¿Que hacer? Lo que afirma el doctor Lerner hijo es que no podía tirar a la basura todos los deseos previos de su padre. Se reunió con su madre y su hermana y concluyeron  que no se podía favorecer ciertas políticas de salud tan fervientemente y durante tantos años sin que ellas fueran una parte cierta de su ¿identidad, creencias, ser?. Aún admitiendo que otras familias pueden seguir otro camino, ellos decidieron pasar a su padre, sin discutirlo con el, a cuidados paliativos donde murió al día siguiente. No se que pensarán ustedes de esta historia, pero yo pienso asegurarme que mi mujer y mis hijos leen este articulo y no se fíen de mi cuando entren en la debilidad final. Que hagan conmigo lo que cualquiera
haría ante un hijo pequeño que no se quiere vacunar.

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