a los que boquean, a los que mientes y a los que como Rato, paso de maquiavelo de las finanzas, a seguir la estela de los Pujol en herencias perdidas y luego amnistiadas, por fin encontradas. Será que mi habilidad social es nula porque conjugo el verbo amnistiar con la amnesia, que no es sino gratificar los bolsillos de unos pocos, que se llevaron lo que tanto tiempo ahorraron otros, llamados preferentistas. Los abuelos son una carga en los brazos de los banqueros, que solo querían su dinero como hijo prodigo redivivo , por eso les multan y dicen que saltan, barricadas de mas de dos metros con próstatas apuntaladas y andadores de neopreno. Seria de risa este país si todos fueramos gaditanos, que merecemos en nuestra ubre todas las carcajadas siesas. Pero lo que queremos es paz, para marinos tranquilos sin tener que aguantar cabritadas de tanto mostrenco suelto. Nos hemos acostumbrados a no hablar, a protestar por oficio y a que nos detenga la nula habilidad que tenemos para llegar a ningún lado, porque somos deudores del esfuerzo y la dedicación y aquí no hay ya mas que piratas, pirados y viva la virgen, a dios gracia. Pies para que os quiero que si no fuera por los juanetes y la plantilla, por el valgo y genu, salíamos todos corriendo con los andadores a cuesta que
no habría sillita de ruedas que nos blindara el paso, que cogeríamos la cuerda, en la que otros se han ahorcados. Habilidad social es menguar la conversación sonreír el ebrio y cuando sale Rajoy hacerles un par de pases sin mojarte los carrillos, que ya no hay políticos que sean toreros y si enanos de circo. La niña de la tonadillera se nos fue a las Américas, como las grandes, que para ella
Suiza aún queda lejos. Su indice intelectual está sobre estructurado como el de nuestra España, el de
nuestras escuelas, el de los institutos y el de la media,más medida que hace boquetes en la entrepierna. Se nos fueron los mejores y quedamos meloneros y meloneras, que para ensalada de frutas servimos, ni arreglamos este desaguisado con panderetas.
Aprendemos a apuñalar sonriendo, pero no acodar las esquinas, ni remendar a los defraudadores, ni barrer a los que se encolan las nalgas en sillones apoltronados. Lo nuevo es igual que lo viejo porque la enmienda no tiene remedio, será que os habla mi nula habilidad social que hace que suelte
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