martes, 21 de enero de 2014

LA REBELION DE LOS BARRIOS


Las noticias sobre Gamonal avivan en mi los recuerdos de la publicación de Ortega y Gaset "La rebelión de las masas". En esta obra de un escritor español mas conocido y traducido fuera de España que ella, no hace mas que seguir  el triste destino de los pensadores patrios. Gasset se anticipo a su tiempo. En su obra reflejo La España invertebrada que hoy padecemos, predijo las catástrofes del siglo: los fenomenos nazis y comunistas. El hombre actual ha devenido en el hombre-masa. La raiz del hombre-masa estriva en su estructura sicologica que se basa en la vida facil, sin limitaciones y que no hay que esforzarse para conseguir un patrimonio material o intelectual. Por tanto, cada individuo masa encuentra en si una sensación de dominio y triunfo que, que le invita afirmarse a si mismo tal cual es. A dar por bueno y completo su haber moral e intelectual, lo que le lleva a cerrarse, a no escuchar y por tanto intevendrá
e todo imponiendo su opinión sin contemplaciones aunque huerfana de conocimiento elaborado. Tiene una estructura sicologica de niño mal criado y que berrea y protesta hasta que consigue su capricho. Pero lo tragico de la cuestión es que cuando lo consigue no se da por satifecho y acude a anunciar nuevos caprichos dejando a sus educadores desconcertados. La caracteristica principal del hombre-masa consiste en que sintiendose sin cualidades especiales sin haber realizado esfuerzo alguno para agenciarse su patrimonio economico ni social o cultural, proclama el derecho a todo y se niega a reconocer instancia superiores a el. Su metodo es la acción directa. Cuando se le niega cualquier reinvindicación acude a la violencia nihilista que no tiene salida ni alternativa. El hombre-masa es el hombre es el hombre cuya vida carece de proyecto que vayan nas allá de sus aspiraciones individuales y va a la deriva. Por eso no constituye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, son enormes, pero lo mas terribles, se rebelan contra los proyectos que surgen para destruirlos no para mejorarlos o cambiarlos por otras alternativas.
La reacción de Gamonal no debe de ser inesperada, hay que seguir reivindicando porque la paralización le das alas para otros proyectos al borde de la utopía.

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