sábado, 22 de febrero de 2014

UN DRAGO EN EL PARAISOde

Cuando los Paises Bajo formaban parte del Imperio español, el Bosco fue uno de los pintores preferido de Felipe II que le hizo bastantes encargos, entre ellos el triptico El Jardin de las delicias que hoy podemos admirar en el Museo del El Prado. El triptico desarrolla la historia del mundo y la pogresión del pecado.
El cuadro comienza en las tablas exteriores con la Creación del mundo, y continúa en las interiores con el origen del pecado original (Adan y Eva) en el panel izquierdo, su extensión por un mundo dominado por los placeres terrenales en el centro, y termina en el panel derecho con los tormentos del infierno. La tematica se enmarca en la iconografia del fin del medevio. Recuerda al Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita que de una forma sandónica y sarcastica nos muestra todos los vicios que se encierra en los amores humanos.
El Bosco introdujo el drago como el arbol del Paraiso en su triptico El Jardin de las Delicias. En el panel izquierdo del triptico se representa una escena del Eden en la que Dios presenta Eva a Adan.
En la parte superior se representa la fuente de la vida, el arbol del bien y del mal con la serpiente enroscada, asi como el arbol de la vida, un drago que suponemos canario. Resulta llamativo como la epoca de nuestro pintor, el siglo XV, las islas Afortunadas eran el sinonimo del paraiso, se acababan de re-descubrir y colonizar por Castilla.
Noticias que no tardaron en llegar a los Paises Bajos y que dejarón huellas en el arte de la época como demuestra la introducción del drago en este cuadro.
El cuadro consta de otros simbolos muy llamativo como un conejito al lado de Eva como simbolo del sexo femenino tal como se conocia ya desde la Edad Media hasta nuestros dias y que esta situado junto a Eva.
La tematica se enmarca en la iconografia un fin del Medievo.
Recuerda al libro del Buen amor del Arcipreste de Hita que de una forma sardonica y sarcástica nos muestras todos los vicios que se encierra en los amores humanos como lo hará mas tarde el Decamerón de Bocaccio con mucha mas fama que nuestro Arcipreste.
Recordemos que siempre festejamos las obras y autores foráneos, gracias nuestro papanatismo.

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