martes, 11 de junio de 2013

TOMARSE LA PENÚLTIMA

En una celebración de un grupo de amigos siempre hay un momento antes de despedirse que de forma ritual se dice vamos a tomarnos la penúltima. Nunca se dice la ultima se cree que es nefasto. Y tanto. Veamos el porqué de esa posible mala suerte. La expresión de la penúltima viene desde tiempo de la romanización. La costumbre de esa época era acompañar al difunto a la necrópolis  y una vez allí consumir alimentos regados con buenos vinos. Las tumbas de las clases pudientes estaban dotadas de bancos y mesas de piedra para poder celebrar el festín, al difunto también se le servía su copa correspondiente, de ahí la expresión de tomarse la penúltima porque la ultima se tomaba en el cementerio.
Pues bien, el ministro de educación ha llevado a cabo la penúltima reforma educativa, afirmamos la penúltima porque si se conoce este país podemos esperar que no será la ultima, por eso y dado sus aspectos positivos, solo deseamos que dure mucho tiempo. Entre los aspectos positivos quisiéramos destacar: Potenciar la Historia de España, hecho que tiene una serie de valores que no se pueden obviar. Además  de ayudar a la convivencia de los ciudadanos de cualquier rincón del Estado por una mayor compresión de la sociedad actual en la que se vive, así como de su pasado. Decía Unamuno que los pueblos que olvida su historia se encuentran condenado a repetirla. O también aquella de que cuando se hecha la historia por la puerta, la violencia entra por la ventana.
En la reforma educativa del ministro de apellido alemán Wert, se ha decidido ampliar el horario semanal de la Historia de España en una hora, además de convertirla en troncal lo que significa que su contenido se fijara por el Ministerio. No se puede dar mas importancia a la materia porque su contenido no los podrán fijar las autonomías o los centros, con la fijación de la asignatura de una forma estatal se asegura que se impartirá en parecidas condiciones en todo el Estado. Ni que decir tiene que hay comunidades que se han encrespado, naturalmente porque no se impartía la Historia de España, sino un batiburrillo muy alejado de la asignatura y mas de acuerdo con sus intereses locales que con la Historia.

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