miércoles, 26 de junio de 2013

PAMPLINAS

A estas alturas del año, si tienes hijos en edad escolar, me entenderán, porque ya andamos hartos.
En mi caso también tengo hijos en edad universitaria y en edad de pre-selectividad, la ultima, si Wert nos deja, con lo cual, a estas alturas, como le decía, la mente se me deshilvana y los recursos se me agitan en las teclas, porque estoy, para resumir, mas que cansado, deshecho. No ha sido un año de rosa y vino, mas bien de espina y resacones, sin las Vegas, ni Mario Vaquerizo, riéndose alegre por las cervecitas convexa. Tengo ganas de clavar en primera línea de playa y a todos los estúpidos pamplinas que nos amargan la vida y nos acortan la existencia y dejarlos requemarse al sol de la indiferencia, mientras me baño, levantandole3s la peineta. Ha sido un año largo y falta la revenida, pero no quiero pensar en ella, solo en playa y arena tibia, en chiringuitos que se llenen, en gente que trabaje y en este país, el nuestro, que se desperece y ande, como Lázaro, aunque esté con estocada de muerto. El aceite, las fresas de Huelva, las buenas disposiciones hostelera, las ganas que tenemos de volver a la burbuja inmobiliaria, ganando lo que se ganaba y viviendo como se vivía, son planes infundados, porque la realidad es que vendemos las fresas al extranjero, ponemos cara de mosca por los contratos basuras y no van a volver las vacas gordas, porque nos la hemos comidos, con piel y todo. Pero quiero dejarme llevar y no arrastrar nada en la mochila, ni los niños robados, ni los fraudes, ni las corrupciones, ni la cara de afligida de la Infanta que, con ver la cara del padre de sus hijos hacer el paseíllo hasta los juzgados, ya tiene calvario de sobra. No me gusta la leña del árbol caído, no me gusta los sinvergüenzas, detesto a los pamplinas y los graciosos me cortan la leche que no me subió, porque se me despunto la mastitis. Pero...¿saben qué?... que me los llevo a todos, porque hay veces que las fuerzas astrales se conjuntan o los astronautas que van a ir de colonización tienen cara de película de estreno y la vida te da grima, porque te has desubicado y no tienes ni idea de quien te has hecho la putada. En esas ocasiones  te das cuenta  de que ni en la playa te van a dejar en paz y eso porque naciste masoca, feliz de arrancarte loa piel a tiras y encima sonríe para que no se note. Pero ahí esta el magnifico propósito de enmienda, que nos  claveteaban en las Carmelitas y sacas de la mochila asta el botellín de agua  para que no se cuelen ellos, los pamplinas, los imbéciles, los idiotas la estulticia untada a grandes zancadas y re3za para que dure, aunque sea lo que una abeja colonizando Marte.

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