Sí, ya sé, es tal la saturación de noticias que evidencian la extrema impudicia de nuestras clases, dirigentes que sentimos un hastío rayano en la indiferencia. El listado de despropósitos es infinito: el doble baremo de la justicia, la contradicción entre problemas y decisiones... Pero aun así, sigue sorprendiendo sobremanera que los mismos prohombres que día si, día también, proclaman las bondades de la moderación salarial, continúan incrementando para pasmo de propios y extraños. Me pregunto si no habría que mandar a nuestros dirigentes políticos y financieros a algunos de esos exorcistas que el cardenal Rouco Varela quiere meter en nomina.
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