domingo, 27 de abril de 2014

LA SEMANASANTA HA GANADO

La Semana Santa es un prodigio que se ha forjado con los siglos. Si cierto anticlericales rancio la atacan cada año dee forma velada (con la matraca de q1ue ocupa el espacio urbano) es porque saben que tiene perdida la batalla de su inmensa popularidad. Pero, a pesar de los defectos inherentes a toda forma humana, ese mundo que los cristianos han levantado es digno del amor de Dios (si lo hubiera). La Semana Santa se defiende por si misma, al margen de la riqueza material que procura (aunque tambien por ello). La Semana Santa ha ganado. Porque, qué hariamos si acertaramos ests criticas. ¿Prohibir las cofradias? ¿Atemorizarlas  para que no salgan como en la infrumable Republica? ¿O reinaugurar directamente la checa de Fomento?.
Mas cobardes son las burlas directas de algunos cristofobos porque ellos saben que los cristianos no responden.
Que se enteren de una vez. A muchos no creyentes no nos averguenza la Semana Santa, sino que nos onorgullece tal patrimonio artistico, espiritual, y religioso. No tenemos que avergonzarnos de las tallas de los Cristos, ni de la genialidad del barroco, ni de Hadyn, ni de Montañez, ni de los sentimientos de la carga, ni de las bellisimas caras de las Virgenes, ni de la fe de nuestras gentes.
¿Y la emoción ni la emoción que se siente contemplando al Silencio por las calles. Algunos hablan de supertición. Estoy seguro de que si vieran sin prejuicio al Nazareno por Cadiz almenos se encontrarian con sentimientos hermosos que nos harian ser mejores personas. Para supertisiones, algunas creencias revolucionarias, como la imposible "Reforma Agraria" o las ruinosas nacionalizaciones, que ademas de deliredante y liberticidas, han generados millones de muertos. Por no hablar del culto a los "angelitos" de Mao, Stalin, castro, o Largo Caballero.
Aunque estoy muy lejo del mundo cofrade, apuesto a que su integrante no van tras las pancartas de los "indignados". Ellos estan demasiados ocupados en derrochar su amkor dignificando sus pasos y ayudando al projimo. La fe revolucionaria, un sucedáneo o religión en negativo, ha ido desapareciendo en menos de dos siglos. La iglesia y la Semana Santa llevan centurias dejando su esplendida huella. Brindo simbolicamente por ello.

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