sábado, 25 de marzo de 2017

                                                            MAS Y EL "TIRANOSAURIO FASCIO"

Serán los abogados defensores de Más o sus correligionarios  quienes encontraron al puñado de facista  de guardarropía que lo insultaba  a el ("¡ Artur Mas, a prisión por corrupto y por ladrón !")
y al ex ministro Garcia Margallo ("¡Gobierno traidor defiende a tu nación !") cuando acudían a un debate en el Ateneo de Madrid ? porque ser insultado por un fascista hace automáticamente sinpático al insultado, por antipático que sea lo que representa, de la misma forma que la unidad de España que dice defender estos Tyrannosaurus Fascio se hace instantáneamente antipática. Así de emocionales son estas cosas.
Ya se que son cuatros gatos y que aquí, afortunadamente, no nos ha salido un forúnculo  como el Frente Nacional Francés (bastante tenemos con el populismo podemita). También sé que cuando quienes insultan y agreden son de extrema izquierda nuestra peculiar justicia lo considera libertad de expresión (los de blaquerna  fueron condenados a cuatro años por el agravante  de discriminación idelógica y los asaltantes  de la capilla de la Complutense, con Rita Maestre al frente, fueron absuelto tras una sentencia surreal). Ya sé todo esto, pero es que no has costado tantos años limpiar
los símbolos nacionales de la herrumbre franquista que se apropio de ello (bueno...algunos se lo regalo la II República al cambiar el himno y la bandera) que irrita al ver estos tipos agitando como suya una bandera que es de todos y estar por encima de la contienda política y berreando consignas sobre la unidad de España que ellos entienden y defienden formas opuestas y distintas como la entendemos y defendemos los españoles constitucionalístas.
Mas es lo que es ¡, su ultima apelación a la Constitución  que él vulnera es grotesca, los independentistas son lo que son  y el truco de tapar corruptela envolviéndose  en la bandera separatista lo conocemos todos. Pero cuando los Tyrannosaurus Fascio se lian a insultarlos, a berrear y a agitar sus tristes símbolos - el yugo y las flechas, como el fascio, la cruz gamada o la hoz y el martillo mataron ya lo suficiente como para se queden, haítas de sangre, guardados en los libros
de historia y expuesto en el museo de los errores políticos - es inevitable sentir, si no una corriente de cariño, al menos esa cierta solidaridad que une a quienes tienen un enemigo común. Aunque se trate de Artur Mas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario