domingo, 26 de marzo de 2017

Ahuecar el ala

                                                                AHUECAR EL ALA

Tengo entendido que tal expresión suele asociarse a la idea de marcharse, irse de un sitio apresuradamente o disponerse a hacerlo ante una situación comprometida  o delicada; dicho más coloquialmente, largarse o darse el piro. De una u otra forma, creo que un breve repaso a la historia no vendrá mal antes de que se desvele por si solo el porqué del encabezamiento de este escrito.
 
Ocurrió en el año 1951 que Mozambique fue declarada por Portugal provincia  ultramarina. Aproximadamente una década más tarde se fundo el Frelino (Frente para la Liberación de Mozambique)  del que unos años después ra Machel nombrado comandante en jefe asumiendo la dirección del partido en 1970. Transcurrido cuatro años , viviéndose ya la primavera de 1974 tras un largo periodo de encarnizadas guerra y un cambio democrático en Portugal, el Frelimo tomo el controlo de la capital  mozambiqueña  produciéndose un masivo éxodo de ciudadanos de aquel país, cerca de 200.000 hacia  su lugar de origen. En la denominada Revolución de los Claveles lo que propicia el fin de la dictadura de Oliveira Salazar en nuestra vecina nación, negociando el nuevo gobierno portugués la marcha  de su ejercito de mozambique y declarando su independencia  para el
día 25 de junio de 1975 alrededor de un mes antes, esto es a mediado de mayo,  Samora Machel entra
desde la cide Tanzania estableciéndose en la capital, Lorenzo Marquéz, donde las escaramuzas de la guerrilla especializada en terrorismo urbano apenas si se habían olvidado....Y fue precisamente el día 17 de aquel mes de 1975 cuando atracábamos el muelle comercial  del mencionado puerto de Lorenzo Marquéz al objeto de descargar una importante  cantidad de mercancías proveniente del norte de Europa y cargar otras tantas con ese mismo destino. El practico que asesoró  nuestra maniobra de entrada nos puso pronto al corriente de la tensa situación  que todavía se vivía en el país.
A la mañana  siguiente un barco con bandera China, atracado por nuestra misma proa, desembarcaba tropas comunistas. Asimismo recuerdo que en la ultima jornada de trabajo se estibaron a bordo  varias toneladas de efectos personales propiedad de súbditos portugueses quienes apresuradamente   regresaban a su tierra. Horas después, tras cuatros largos días de justificados desasosiego, si bien la calma había sido total durante nuestra estancia allí, largamos cabos disponiéndonos de inmediato a ahuecar el ala.


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