Pentecostés renovada

Decia el obispo aquella mañana fresca y alegre: "si sobre Maria desciende el Espiritu Santo y nace Cristo, por su obra y gracia, sobre el Cenáculo desciende el Espiritu Santo con los apostoles reunido con Maria y nace la Iglesia: una, santa,catolica y apostolica." Son palabras de Mons. del cerro que hablaban de la nueva Pentecostés que debe de posibilitarse en el siglo XXI: "no hay evangelización sin Cenáculo. es decir, sin iglesia, sin Maria, sin la Eucaristia, sin la oración, en el Papa y los obispos reunidos en el Cenáculo, sin caridad".
Leo el interesante articulo que suscribo en su totalidad. Solo añadiria alguna concreciones que podian derivase del mismo.
Hoy cuesta la Evangelización-decir nueva es añadir nuevo a la Buena Nueva- porque falta autenticidad cristiana. Y me fijaria en algunos detalles. Hay en general olvido del sacramento de la Penitencia. No se predica sobre este asunto central de la doctrina cristiana. En la antologia del disparate puede ver algún cura recomendar que vaya a un psicologo, pero no aconseja la confesión.
Otra cuestión de orden practico es el modo de presentarse algunos sacerdotes y religiosos. Pueden darnos muchas excusas pero la realidad parece palpable: no sienten el orgullo de ser lo que son. Y así no pueden llevar a los fieles hacia Dios.
Otra cuestión (another): se está aconsejando mal en el terreno de la sexualidad y hay quien aconseja la toma de anticonceptivos o el uso de preservativos, incluso se dan casos que han transigidos con la esterilización masculina o femenina.
Solo ver el canal EWTN (Eternal World Televisión Network), que es un milagro de la comunicación actual. No se explica por medios naturales como nuna humilde monja sin un dolar haya hecho realidad este proyecto aqmbicioso.
Entiendo que no se promocione mas en España porque choca con la mentalidad amburguesada y tibia de un sector importante. Renovarse si, detectar las carencias si, 
pero hay que ser mas concretos. Hay demaqsiadosw miedos a  herir cuando se corrige y demasiado engreimiento para aceptar las correciones de los pastores.